sábado, 23 de febrero de 2013

Pastora, de nuevo

(...) Pastora, he regresado y no tengo ninguna excusa. He regresado después de tantos días, pero es que te echo tanto de menos... No me digas nada, ya lo sé...
Es verdad que soy culpable de mi silencio, culpable de la verdad a medias, culpable de no cerrar la ventana, preso de  la conformidad eterna, culpable de enseñar mis manos vacías. Pero ¿sabes?, ya no soy aquel "quisiera ser...", ya no soy nadie parecido a ese que tenía un saco de lleno de aire puro. Ya no soy quien trata de olvidar y cerrar los ojos. Y aunque es verdad que no hay futuro en las horas que ya se han olvidado, tengo la certeza de que empiezo un nuevo viaje, pero no me lo puedo imaginar sin ti. No me dejes ahora. Últimamente duermo mal, la vergüenza otra vez se acuesta en mi cama, y no puedo recordar qué cara tiene. Me doy la vuelta contando ovejas vestidas de palabras, letras en su lomo, en su boca, en sus patas, en su ojos... Ovejas balando en un idioma que no entiendo, ovejas que cantan sin abrir la boca, ovejas que me tiran piedras. ¡Tengo miedo de las ovejas!
Pastora, he regresado, ¿me querrás todavía? Me conformo con tal solo un reflejo en un espejo. Pastora, no te vayas, creo que es poco lo que pido. Creo, que te quiero...
(...)

[trozo, de "Me dijo, Pastora"]