sábado, 12 de diciembre de 2015

El espacio en blanco que deambula
semidesnudo
por el péndulo del
remordimiento
me protege cuando abro
la ventana de los
falsos paraísos.
Parece insignificante y
mediocre,
un espacio que la intransigencia
arrincona hasta su fin
creyendo que engaña a la ignorancia
mientras juega con ella cada día a los
dados.
De un solo trago comprendo el secreto de mi
débil
circunstancia,
lo comprendo, y aguardo
otra
oportunidad.

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