domingo, 25 de marzo de 2012

(...) Llevo la vergüenza sin saber qué hacer con ella. Me imagino en una noria ambulante que se desliza a través de las montañas que mueren cada noche en la playa. Escucha el vaivén de todas las sonrisas, he reconocido la tuya entre miles. La verdad es que no es difícil. Pero tanta felicidad no es posible, y la eterna promesa podría ser una llama encendida que no tiene luz. ¿Por qué no te acuestas esta noche conmigo? estás tan bonita Pastora. No hace falta que me contestes. Pensándolo bien mejor que no me respondas nunca. Pensándolo bien, a lo mejor encuentre la respuesta entre las cartas de aquel cartero que llevaba las cartas a Neruda. (...)

[trozo, de "Me dijo, Pastora"]

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